Mons. Tommaso Caputo, nuevo Asesor de la Orden

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Mons. Caputo, Asesor, y Gobernador Visconti di Modrone

Después de la dimisión de Mons. Giuseppe Lazzarotto por cuestiones de salud, el Santo Padre dio su aprobación para el nombramiento realizado por el Gran Maestre de Mons. Tommaso Caputo como nuevo Asesor de la Orden del Santo Sepulcro a partir del mes de septiembre de 2019. Responde a nuestras preguntas.
 

Excelencia, ¿cómo vive usted este nombramiento como Asesor de la Orden del Santo Sepulcro?

He recibido este nombramiento con un gran agradecimiento hacia el Santo Padre Francisco, que dio su aprobación, y hacia el Gran Maestro, S. E. el cardenal Edwin O’Brien, que me designó para la función de Asesor de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.


¿Cuál ha sido su relación con la Orden en los últimos años?

Mi relación con la Orden remonta a dos décadas más o menos y se hizo aún más fuerte cuando, en 2012, me confiaron la prelatura de Pompeya, una ciudad particularmente querida por los Caballeros y Damas del Santo Sepulcro y de su espiritualidad. Pompeya renació a partir de la fe y obras de Bartolo Longo, el único laico entre los Caballeros de la Orden que ha sido beatificado. El fundador de Pompeya recuerda el corazón cristológico de la devoción mariana, tan intensamente practicada por cada miembro de la Orden.


Usted también acompañó recientemente a Tierra Santa una delegación de la Lugartenencia a la que pertenece para una ocasión especial…

Una iniciativa reciente vio la participación de nuestra Iglesia de Pompeya y de la Orden en una peregrinación a Tierra Santa, durante la cual se inauguró una vidriera dedicada a la Virgen del Rosario de Pompeya en la Basílica de la Anunciación en Nazaret – el lugar donde el Verbo se hizo hombre en el seno de la Virgen María –, regalo de la Lugartenencia de Italia del Sur tirreno de la Orden del Santo Sepulcro.

Fue un simple signo, pero, desde que me confiaron esta tarea, cada elemento adquiere un significado más profundo, teniendo en cuenta las tareas a las que cada miembro de la Orden está llamado en relación con la naturaleza misma de esta institución pontificia histórica, bajo la tutela y protección de la Santa Sede.


¿Qué contribución tiene la Orden en la Iglesia universal y para los habitantes de Tierra Santa? Y ¿Cómo cree que puede ayudar a avanzar?

Al recibir hace menos de un año a los miembros de la Consulta y alabando la apertura de iniciativas de asistencia en Tierra Santa para todos, más allá de las diferentes pertenencias de fe, el papa Francisco reconoció que la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén contribuye «a abrir la vía del conocimiento de la vida cristiana, la promoción del diálogo interreligioso y la comprensión recíproca».

Se trata de las principales indicaciones para llegar al gran objetivo de lograr la paz en toda Tierra Santa. El Papa subrayó de manera significativa este compromiso como primordial, recordando que la Orden no se caracteriza por ser una asociación filantrópica «comprometida en promover la mejora material y social de los destinatarios»; sino que los Caballeros y Damas están llamados a «colocar en el centro y como única finalidad de sus obras, el amor evangélico al prójimo; para dar testimonio por doquier de la bondad y el cariño con los que Dios ama a cada uno».

Deseo también ejercer este servicio dentro de la gran familia de la Orden por esta vía y con la ayuda y protección de la Virgen María.


Entrevista realizada por François Vayne


(septiembre 2019)

CAPUTO_OESSG

Mons. Tommaso Caputo nació en Afragola (Nápoles) el 17 de octubre de 1950. Estudió en el Seminario Arzobispal de Nápoles y obtuvo una licenciatura en Teología en la Facultad de Teología del Sur de Italia, sección “Santo Tomás de Aquino” (Nápoles).

Fue ordenado sacerdote el 10 de abril de 1974 para la archidiócesis de Nápoles, donde ejerció las funciones de formador de los seminaristas del liceo (1973-1974); vicario de la parroquia de San Benedetto all’Arco Mirelli, en Nápoles (1974-1976) y profesor de religión en las escuelas públicas (1973-1976). Fue alumno de la Academia eclesiástica pontificia a partir de octubre de 1976, al mismo tiempo asistió a clases de derecho canónico en la Pontificia Universidad Lateranense, obteniendo un doctorado.

Al servicio de la Santa Sede desde el 25 de marzo de 1980, fue Secretario de la Nunciatura Apostólica en Ruanda (1980-1984), Consejero de la Nunciatura en Filipinas (1984-1987) y en Venezuela (1987-1989).

Llamado de vuelta al Vaticano, desempeñó el cargo de responsable de la Secretaría del Subsecretario de Estado hasta el 19 de junio de 1993, cuando el Papa Juan Pablo II lo nombró Jefe del Protocolo de la Secretaría de Estado.

El 3 de septiembre de 2007 fue nombrado Nuncio apostólico en Malta y Libia por Su Santidad Benedicto XVI, elevándolo a la dignidad arzobispal y confiriéndole la consagración episcopal el 29 de septiembre de 2007 en la basílica papal de San Pedro, en el Vaticano.

El 10 de noviembre de 2012, el papa Benedicto XVI lo nombró prelado de Pompeya y delegado pontificio para el santuario de la santísima Virgen del Santo Rosario de Pompeya.