La Orden ofrece un camino de santificación para todos

Entrevista con el cardenal Anders Arborelius

Print Mail Pdf

Cardinal Arborelius1 Anders Arborelius, primer cardenal sueco de la historia, saludando a sus hermanos del Colegio cardenalicio. Copyright Gennari.

El cardenal Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, Caballero de Gran Cruz de la Orden del Santo Sepulcro y Gran Prior de Honor de la Lugartenencia para Suecia (que a partir de ahora se llamará de Suecia y Dinamarca) ha contestado a nuestras preguntas sobre la Iglesia en su país, el papel de la Orden y la participación femenina en las responsabilidades eclesiales. Siendo el primer Cardenal sueco de la historia, este carmelita fue elegido en el 2017 “Sueco del año”, nombramiento que fue un gran acontecimiento en esta nación mayoritariamente luterana: efectivamente, fue la primera vez que una personalidad católica recibía este reconocimiento.


¿Qué significa servir a la Iglesia en un país que no es católico? ¿Piensa que el hecho de estar en una Iglesia minoritaria le permite tener una percepción particular de nuestra propia identidad católica?

Como miembro de una minoría católica en un contexto secular, tenemos que tener una relación verdaderamente muy personal con Jesús y estar integrados dentro de la Iglesia local. Existen numerosas oportunidades para ser testigos de la fe e intentar explicar por qué se quiere ser un católico fiel. La gente está mucho más interesada y abierta de lo que pensamos. Hay que ponerse en las manos de Dios y en la inspiración del Espíritu Santo, y tener la fuerza de hablar con el corazón abierto, sin eludir las dificultades. La gente nos escuchará y respetará, aunque no acepten todo lo que decimos.


Usted ha sido durante muchos años el Gran Prior de la antigua Lugartenencia de Suecia (actual Lugartenencia de Suecia y Dinamarca). Explíquenos su experiencia. ¿Cómo cree que la Orden puede ayudar a la llamada a la santidad de los católicos en su país?

Es importante mostrar a los candidatos para la Lugartenencia que se trata de una vocación para seguir los pasos de Jesús en su vida diaria y no de una especie de privilegio o un alto cargo. La noción de servicio evangélico a Dios y a su Iglesia en Tierra Santa debe ser necesariamente comprendida. Pertenecemos al pueblo santo de Dios y a diferentes maneras de vivir una vida de santificación, pero aquellos que quieren entrar en la Lugartenencia tienen que entender que deben estar abiertos a una llamada a la santidad dentro de la Orden.


Hace poco se ha expresado usted a favor de una mayor implicación de las mujeres a diferentes niveles de la Iglesia. Como institución laica, la Orden ya ofrece un ejemplo de colaboración entre hombres y mujeres gracias a la posibilidad de ser nombradas para cualquier función dentro de las Lugartenencias. ¿Podría decirnos algo más sobre este punto? ¿Qué sugiere para que haya una mayor participación femenina en la Iglesia?

Muchas mujeres hoy tienen dificultades para integrar las congregaciones apostólicas tradicionales y muchas de ellas quieren seguir a Cristo por la vía de la santidad y del servicio de la Iglesia. Se requiere un carisma más contemporáneo para las mujeres modernas, cuando ese modelo de vida parece perder su fuerza de atracción. Como bien ha dicho usted, la Orden podría ofrecer a las mujeres de hoy la posibilidad de darse a Dios y la Iglesia en Tierra Santa. Hay que encontrar posibilidades similares en diferentes niveles para las mujeres de hoy.


Entrevista realizada por Elena Dini


(Abril 2018)