«El Patriarca es el pastor de la Iglesia de Tierra Santa, de la que la Custodia es una parte importante y constitutiva»

Entrevista a Mons. Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén

Print Mail Pdf

Intervista_Pizzaballa

Su Beatitud, antes de convertirse en Patriarca latino de Jerusalén, fue Custodio franciscano de Tierra Santa. Muchas personas siguen confundiendo estas dos instituciones de la Iglesia latina, el Patriarcado y la Custodia, ¿podría explicar en pocas palabras cómo se articulan y complementan sus dos misiones? ¿Es correcto decir, por ejemplo, que la Custodia se dedica a los Santos Lugares y la acogida de peregrinos, mientras que el Patriarcado latino se ocupa sobre todo de la pastoral de las comunidades parroquiales y las escuelas que están vinculadas a él?

La Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado latino son dos importantes instituciones católicas de Tierra Santa que han marcado la historia antigua y reciente de la comunidad cristiana y católica.

Hace más de 800 años, la Custodia recibió de los Papas la importante tarea de proteger los Lugares de la Redención, es decir, los Santos Lugares, en nombre de toda la Iglesia. Sin embargo, durante mucho tiempo, después del período de los cruzados, no fue posible instalar obispos en Tierra Santa para la vida ordinaria de la Iglesia, debido a las restricciones impuestas por las autoridades de la época. Por eso, durante siglos, los franciscanos se ocuparon, en la medida de lo posible, del trabajo pastoral que entonces se permitía.

Las cosas cambiaron en 1847, cuando se restauró el Patriarcado latino, es decir, cuando fue posible reinstalar en Tierra Santa el obispo y las instituciones eclesiales de una diócesis normal. Desde entonces se ha mantenido un poco esta distinción, es decir, que la Custodia se ocupa de los Santos Lugares y el Patriarcado de la vida pastoral. Sin embargo, algunas actividades pastorales que existían antes de 1847, así como algunas parroquias importantes, siguen bajo la protección de los franciscanos y son acompañadas pastoralmente por el Patriarca. Desde su nacimiento, el Patriarcado ha hecho crecer la Iglesia en toda la diócesis, con nuevas parroquias, clero local, escuelas y muchas otras actividades, especialmente en el interior de Palestina y Jordania. El Patriarca es el pastor de la Iglesia de Tierra Santa, de la que la Custodia es una parte importante y constitutiva.

 

La Custodia también dirige escuelas católicas. ¿Por qué sigue existiendo esta distinción entre las escuelas del Patriarcado y las de la Custodia? ¿Es solo por razones históricas?

De hecho, también hay muchas otras escuelas pertenecientes a las diferentes congregaciones religiosas, además de las del Patriarcado y la Custodia. Sin embargo, el Patriarcado es el que tiene el mayor número de escuelas, ¡nada menos que una cuarentena! Las razones de estas diferencias son puramente históricas. Aunque se refieren a sus respectivos propietarios (Patriarcado, Custodia, congregaciones religiosas), las escuelas católicas actuales están coordinadas por una oficina central que actúa como referente académico y pastoral, común a todas.

 

Según los Estatutos, la Orden del Santo Sepulcro apoya económicamente al Patriarcado latino, que no participa en la colecta mundial del Viernes Santo para la Custodia. ¿Cómo cree que podemos hacer que se entienda mejor la finalidad de estas acciones de solidaridad universal, para evitar la confusión en las mentes de los benefactores que aman a la Madre Iglesia pero que no comprenden del todo cómo está organizada institucionalmente?

La Colecta del Viernes Santo se instituyó en su momento para apoyar la labor de los franciscanos en los Santos Lugares. Todo esto sigue siendo válido hasta hoy. Sin embargo, la recaudación también ayuda a muchas actividades educativas y pastorales en los territorios de la Custodia, especialmente en Siria. Además, una parte de la colecta se destina a la Congregación para las Iglesias orientales, que a su vez la destina a las diferentes necesidades de las Iglesias de Oriente Medio.

La confusión que a veces se produce se debe a la falta de información precisa. Todas las necesidades de la Iglesia deben ser satisfechas y no hay razón para cambiar estas tradiciones. Sin embargo, es importante informar bien y mejor. Se ha hecho mucho en los últimos años, pero tal vez todavía haya que mejorar la comunicación y hacerla más clara y transparente. 

 

Entrevista realizada por François Vayne

 

(31 de marzo de 2021)