La fiesta de la Bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina: un acontecimiento fraterno

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Aprovechando la presencia de los Lugartenientes y Delegados magistrales de las estructuras periféricas de la Orden en los diferentes continentes, la fiesta en honor de la Bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina tuvo lugar el 15 de noviembre en el Palazzo della Rovere, sede del Gran Magisterio de la Orden del Santo Sepulcro.

El cardenal Edwin O’Brien, Gran Maestre, así como el Administrador apostólico del Patriarcado latino de Jerusalén y Pro-Gran Prior de la Orden, Mons. Pierbattista Pizzaballa, Mons. Bernard-Nicolás Aubertin, Gran Prior para Francia, Mons. Maurizio Malvestiti, Regente suplente para Italia del Norte, el Gobernador general Leonardo Visconti di Modrone y el Lugarteniente general Agostino Borromeo recibieron a los numerosos amigos que llegaron para celebrar la fiesta de la Patrona de la Orden del Santo Sepulcro, sobre todo al Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin.

La recepción fue, como todos los años, una ocasión para intercambiar experiencias y conocer nuevas cosas sobre la vida de la Orden. Los amigos de Roma tuvieron la ocasión, en particular, de sentir el carácter internacional de nuestra institución pontificia, gracias a la presencia de los responsables de las diferentes Lugartenencias.

La elección de reunirse bajo el manto de la Bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina siempre permite reponer la alegría del encuentro en el centro de la misión de la Orden: el apoyo hacia la Iglesia en Tierra Santa, la Tierra de Jesús y de Su Madre, la Tierra donde podemos recorrer los pasos de la historia de la salvación.

Recordamos con gusto las palabras que el Santo Padre nos dirigió al día siguiente (el 16 de noviembre) durante la audiencia que nos concedió: «A la labor de ayuda material para las personas tan duramente tratadas, os exhorto a unir siempre la oración, a invocar constantemente a Nuestra Señora, a quien veneráis con el título de “Nuestra Señora de Palestina”. Ella es la Madre amorosa y el Auxilio de los cristianos, para quienes obtiene del Señor la fortaleza y el consuelo en el dolor».


(diciembre 2018)