Un proyecto para las mujeres de Jerusalén del Este

Print Mail Pdf

Progetto al femminile Mujeres ayudadas por el Patriarcado latino expresan su alegría por haber terminado su formación y haber encontrado un trabajo.

En este periodo de recesión económica en muchas partes del mundo debido a la pandemia, que sigue teniendo un profundo impacto en la vida de nuestras sociedades, el Gran Magisterio de la Orden del Santo Sepulcro ha decidido apoyar la iniciativa del departamento de los servicios sociales del Patriarcado latino de Jerusalén a favor de la participación de las mujeres en las empresas de Jerusalén del Este.

«El Patriarcado latino cree que cuando las mujeres reciben los medios necesarios para expresar su potencial, todos salen beneficiados», comentó Dima Khoury, trabajadora social del Patriarcado, que se ocupa directamente del proyecto y que ha visto a varias mujeres recibir la financiación en los últimos meses para crear sus propias empresas.

«El objetivo de esta iniciativa es dar a esas mujeres desfavorecidas la posibilidad de ganar un salario y adquirir una independencia económica ofreciéndoles un contexto culturalmente apropiado en el que puedan recibir ayudas para crear una empresa», sigue diciendo Dima. En efecto, el proyecto ha adoptado diferentes formas: ha permitido a algunas mujeres comprar el material necesario para iniciar su actividad, mientras que ha acompañado a otras en el proceso de formación y elaboración de su proyecto.

En cuanto a la compra de material, cuatro mujeres han recibido una donación para la compra de máquinas de coser, las máquinas necesarias para una pastelería, un congelador y también instrumentos y equipos para un salón de manicura. Otras trece mujeres asistieron a cursos de formación para prepararse para su futuro trabajo en los sectores del maquillaje, la manicura y la cocina. Algunas de estas participantes ya han creado pequeñas empresas rentables y les deseamos que sigan por este camino deseando que pronto se les unan sus compañeras.

«Nuestra intervención va dirigida a mujeres con ingresos bajos o inexistentes y que a menudo no tienen la posibilidad, la cualificación o la formación necesaria para buscar un empleo tradicional y que además se enfrentan a retos difíciles porque tienen hijos pequeños que criar y responsabilidades familiares», nos explicó Dima.

Apoyar las actividades empresariales de estas mujeres significa alentar su desarrollo, su autoestima y la contribución activa que saben dar y están llamadas a aportar a la sociedad. Pueden leer dos de sus historias en los siguientes recuadros.

Leila: «Ahora puedo satisfacer las necesidades de mi familia»

Leila es madre de tres hijos y vive en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Su marido padece una enfermedad crónica y no puede trabajar. Además, después de un trasplante de riñón tiene que someterse a diálisis regularmente. Los hijos de Leila están matriculados en escuelas cristianas privadas, lo que supone una carga adicional para el presupuesto familiar. A Leila le encanta cocinar y preparar pasteles, y siempre le ha apasionado la repostería. Durante años luchó por llegar a fin de mes, hasta que decidió utilizar su talento para crear una empresa que le permitiera ganar dinero. Antes de eso, Leila había hecho un curso privado de cocina y estaba decidida a montar una verdadera empresa, haciendo y vendiendo pasteles. Sin embargo, no tenía fondos para comprar el equipo necesario para preparar y hornear sus especialidades de pastelería. La financiación que recibió a través de este proyecto le dio la oportunidad de equipar su cocina con las herramientas necesarias, permitiéndole cocinar utilizando equipos modernos. Leila vende sus productos a las panaderías locales y actualmente está estudiando la posibilidad de desarrollar su actividad.

«Ahora puedo satisfacer las necesidades de mi familia haciendo y vendiendo pasteles. No tengo que preocuparme por saber si mis hijos podrán ir a la escuela o si tendrán suficiente comida en la mesa. Tengo que agradecer al Departamento de los servicios sociales del Patriarcado latino y al generoso mecenas por la oportunidad que he tenido».

 

* * *

Sama: «Doy las gracias a los generosos mecenas por su ayuda»

Sama es una joven madre que vive en Jerusalén con su marido y su hijo de tres años. Sama no tuvo la oportunidad de continuar sus estudios en la universidad. Se casó pronto y tuvo que dedicar su tiempo al cuidado de su hijo. A Sama siempre le ha fascinado desde su infancia el arte de la manicura y soñaba con convertirse en artista de uñas. Su marido trabajaba en la hostelería y, como miles de personas del mismo sector, fue despedido tras la llegada de la pandemia de Covid-19 y los confinamientos, durante los confinamientos él y su familia tuvieron que sobrevivir con las prestaciones de desempleo. Después de todo un año de dificultades económicas sin precedentes, Sama decidió utilizar su pasión y su talento para generar ingresos estables y satisfacer las necesidades de su familia. Esto le dio la idea de abrir un salón de manicura y hacer realidad su sueño. Sama utilizó la financiación que recibió para comprar el material necesario para su pequeño salón. Ya ha puesto en marcha su proyecto y se ha hecho con una amplia lista de clientes, gracias al buen uso de las redes sociales para dar a conocer su trabajo y atraer a nuevos clientes.

«La mirada de satisfacción de mis clientes cuando les he hecho las uñas es muy gratificante, me da la energía y la determinación para continuar. Mi proyecto a largo plazo es ampliar mi negocio y abrir mi propio salón, donde pueda seguir haciendo lo que me gusta. Doy las gracias al Patriarcado latino de Jerusalén y a los generosos mecenas por su ayuda, por permitirme creer en mí y darme el poder de transformar mi vida».

(Marzo de 2022)