Acoger hoy al Príncipe de la Paz en Tierra Santa

Siempre se asocia la fiesta de Navidad con la alegría, luces, el calor de la familia que nacen de la buena nueva de la Encarnación, de un Dios que se hace como nosotros para salvarnos. Y en Tierra Santa, donde se realizó concretamente todo ello, los días de fiesta permiten una densidad y responsabilidad especiales.

En su mensaje de Navidad, el Patriarca latino de Jerusalén y Gran Prior de la Orden, Mons. Fouad Twal, lanzó un llamamiento para que las resoluciones internacionales sean respetadas en Tierra Santa y los dirigentes políticos de las dos partes escuchen la voz de los pueblos que piden la paz. No falta quien se remite a la triste situación que aflige a todo Oriente Medio y no duda en pedir con voz firme la conversión de aquellos que favorecen la inestabilidad con el comercio de armas. La respuesta de la Iglesia en este momento difícil, dice Mons. Twal, es justamente el Jubileo de la Misericordia. Ha lanzado una invitación particular a su diócesis: que cada parroquia apague “durante cinco minutos las luces del árbol de Navidad, como signo de solidaridad con todas las víctimas de la violencia y del terrorismo. Lo mismo – añadió éste -, la misa de Navidad será ofrecida por las víctimas y sus familias, para que puedan retomar fuerza y ser partícipes de la alegría y paz de Navidad”.

La voz de la primera alcaldesa de Belén, la católica Vera Baboum, hace eco a la del Patriarca. Ésta nos ha concedido, unos días antes de Navidad, una larga entrevista, en la que nos cuenta el ambiente que se respira hoy en la ciudad que vio nacer al Salvador. Encontrarán a continuación un breve resumen.

Señora Alcaldesa, ¿Cuál es la situación actual en Belén en la vida diaria de sus ciudadanos y en particular en lo que se refiere a las comunidades católicas?

La comunidad católica forma parte de toda la comunidad. Lo que ocurre en Belén concierne la población católica lo mismo que al resto de la población. Esta ciudad está en este momento aislada de Jerusalén y los fieles de Belén no pueden ir fácilmente a rezar al Santo Sepulcro. Es más fácil ir al Santo Sepulcro para una persona que llega de Europa o de América que para un joven de 21 años de Belén.

Como no hay paz, al ser alcaldesa, tengo que enfrentarme a muchas situaciones complicadas. Si consideramos que el 82% de la Gobernación de Belén se encuentra en la zona C, y por ello se encuentra controlada por la administración y sistema de seguridad israelí, el ejercicio de mi autoridad es un desafío increíble.

Usted es la primera mujer alcalde de Belén, ¿Qué puede decirnos del rol que tienen las mujeres en la sociedad palestina y de la relación entre las mujeres musulmanas y cristianas al servicio de la paz en esa tierra?

Las mujeres en Palestina, ya sean cristianas o musulmanas, se enfrentan a los mismos desafíos, a las mismas restricciones y tasa de desempleo. Cristianas o musulmanas, son las madres de las víctimas, las madres de los jóvenes parados, las esposas de los hombres en paro o las víctimas. Ellas mismas están en el paro, y son víctimas. Por ello sufren el doble.

¿Quiere compartir un último pensamiento?

La vida está hecha de voces y para realizar un cambio se necesita una voz valiente y fiel que diga la verdad. Sé que como cristianos, nuestro Señor Jesucristo nos ha enseñado que si no se es capaz de decir la verdad, es mejor callarse. Teniendo en cuenta que estamos enfrentados a la realidad de Belén y que vemos lo que ocurre aquí en Palestina, pido a todas las voces sinceras que digan la verdad sin miedo: Belén, ciudad de la paz, no está en paz, y eso es una gran desgracia.

Realizado por Elena Dini

(21 diciembre 2015)