Del sepulcro que acogió la muerte, ha brotado la vida

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Seminatore Jesús lo predijo: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24)

El Gran Maestre hace su entrada solemne en el Santo Sepulcro en este mes de mayo. A continuación nos explica el sentido profundo de esta peregrinación.

 

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
[...] así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.

(Sal 122,1-2)

 

Cantando este y otros salmos (conocidos como salmos de la ascensión, Sal 119-133) el pueblo peregrino se acercaba a Jerusalén mirando hacia la Ciudad Santa, lo que era como una verdadera ascensión: los fieles recordaban una vez más que todo viene de su Señor que habita en el cielo.

Cuando miramos hoy a Jerusalén, sabemos también que recibimos todo de aquella «Semilla» que fue sembrada en el Sepulcro: la humanidad de Cristo, allí enterrada, ha abierto una nueva vida para todos nosotros. Jesús lo predijo: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24). Eran palabras casi enigmáticas, que cobraron nueva luz con la resurrección del sepulcro, y de la muerte ha brotado la vida.

Y es precisamente desde ese lugar de vida desde donde estamos llamados a empezar de nuevo. Como leemos en la parábola del Sembrador (Mc 4,1-20), la semilla que se siembra en «nuestra» tierra, en nuestra vida, está destinada a dar fruto, y esto sucede de manera particular cuando experimentamos la peregrinación hacia Cristo. La peregrinación, en efecto, nos renueva, hace que nuestro corazón y nuestra vida sean más receptivos a aceptar lo que el Padre quiere de nosotros, nos hace estar dispuestos a aceptar los desafíos que encontramos, iluminados por la experiencia única del Hijo de Dios, que fue el primero en recorrer este camino.

Como Caballeros y Damas de la Orden del Santo Sepulcro, nos integramos en esta tradición milenaria de la Iglesia, que nos invita a seguir los pasos de Jesús en los lugares en los que vivió su existencia terrenal, y a hacerlo junto a las comunidades cristianas que aún viven allí, a las que mostramos nuestra preocupación fraternal, conscientes de que juntos formamos el mismo Cuerpo de Cristo.

Con estos pensamientos me acerco a la entrada oficial del Santo Sepulcro como Gran Maestre de nuestra Orden, después de dos años de pandemia y teniendo por fin la oportunidad de vivir mi peregrinación. Espero que todos los que tengan la alegría de esta experiencia en Tierra Santa sientan la parábola de la semilla que muere y se pone a disposición de la acción de Dios para dar fruto en nuestras comunidades.

 

Fernando Cardenal Filoni
Gran Maestre

 

(Mayo de 2022)

 

El Gran Maestre hace su entrada solemne en el Santo Sepulcro en este mes de mayo. A continuación nos explica el sentido profundo de esta peregrinación.
El Gran Maestre hace su entrada solemne en el Santo Sepulcro en este mes de mayo. A continuación nos explica el sentido profundo de esta peregrinación.